Mis sienes ya están grises y mi cabeza está blanca, la atractiva juventud ya no está conmigo, mis dientes están viejos y ya no me queda mucho tiempo de dulce vida: por eso a menudo sollozo al temer al Tártaro. Pues el interior del Hades es terrorífico y doloroso es el descenso hacia allí. Además, es cierto que quien ha bajado ya no puede subir.
Ilustración de la Divina Comedia (lámina 8, canto III). Por Gustave Doré, 1857.
Envejeció entre las llamas de Troya y en las canteras de Sicilia.
Gustaba de las grutas en la playa y de los paisajes del mar. Vio las venas de los hombres como una red donde los dioses nos atrapan como a alimañas; intentó romperla. Era hosco y escasos fueron sus amigos; llegó la hora y los perros lo despedazaron.
Safo me ha hechizado, cercada estoy por sus versos. Nada puedo…
Una golondrina se acerca a Safo, ¿es acaso la personificación de Eros? El vuelo de la golondrina y el cambio de las estaciones simbolizan el paso del tiempo. Al igual que la hierba pierde el vigor de su color por el sol y por la lluvia, el dolorido corazón de Safo se quema de amor y se inunda de sollozos. Expresa que tiembla sin ni siquiera haberle besado y su voz se apaga en su interior sin poder pronunciar una palabra, tan solo un gemido1. Se siente como una niña que está perdida, pues busca en vano a Faón, al igual que una niña huérfana que busca a su madre que no puede encontrar. Ella busca respuestas y le pregunta a la golondrina si se ha cansado de volar tan alto, pero no le responde. Se compara con el amor que se cansa del largo y rápido vuelo, ya que es largo porque el amor correspondido tarda mucho y rápido porque es efímero. El agridulce2 amor viene, pero no siempre se queda, tal y como la golondrina más tarde se desvanece. Ante esta situación, ¿qué luz hay? Si la llama de su pasión se ha apagado, todo está oscuro. El crepúsculo y los rayos apagados del sol simbolizan la muerte. De la misma manera que la golondrina emprende su vuelo, Safo desea volar pero para huir y no regresar nunca más a la tierra. Su alma volará hasta alcanzar el cielo, mientras que su tenue cuerpo será acogido por las olas del mar. Una vez que llegue el ocaso, Faón la hallará muerta.
Sappho à Leucate. Antoine-Jean Gros, 1801.
SAPPHO TO A SWALLOW ON THE GROUND
WHAT wakes the tender grasses where I lie? What small soft presence stirs and flutters by? Swallow, oh swallow, Why have you left the tree-tops and the sky?
The grass is faded by the sun and rain, The summer passes, autumn comes again, Swallow, oh swallow, And bitter-sweet love trembles into pain.
The heart of earth grows weary, and her eyes Are closed; her lips are tuned to languid sighs, Swallow, oh swallow, And in my throat the singing sobs and dies…
Night-long by blown seas musical with wind, I flutter like a lost child, weak and blind, Swallow, oh swallow, After the mother whom she cannot find…
Through apple-boughs the murmurous breezes sing, As waters from a cool deep-shaded spring, Swallow, oh swallow, And slumber streams from leaves left quivering.
Have you grown weary of the heaven’s height, The hidden stars, the vivid depths of light, Swallow, oh swallow, As love grows weary of the long swift flight?
You do not answer but your wings are spread, And past the top-most apple, sweet and red, Swallow, oh swallow, In flight and song you vanish over-head!
I too will give my heart unto the heaven! Phaon shall find me through the dusk of even,- Swallow, oh swallow, Shaken with kisses ere they have been given.
As from the swarming hive in nuptial flight The queen ascends, all golden fire and light, Swallow, oh swallow, On wings of ecstasy I rise to-night!
But to the earth my flight shall not return, For when the sun-like flame has ceased to burn, Swallow, oh swallow, The Lesbian Sea shall be my funeral urn.
Zee Akins «SAPPHO TO A SWALLOW ON THE GROUND» , 1910.
¿Qué despierta la suave hierba en la que yazco? ¿Qué pequeña suave presencia se agita y revolotea alrededor? Oh golondrina, golondrina, ¿Por qué has abandonado las copas de los árboles y el cielo?
La hierba está descolorida por el sol y por la lluvia, El verano se marcha y llega de nuevo el otoño, Oh golondrina, golondrina, Y el agridulce amor tiembla por el dolor.
El corazón de la tierra se cansa y sus ojos están cerrados; sus labios se han adaptado a los lánguidos suspiros, Oh golondrina, golondrina Y en mi garganta el canto solloza y muere…
Durante toda la noche al lado de musicales mares agitados por el viento, Revoloteo como una niña desubicada, débil y ciega, Oh golondrina, golondrina, Que va en busca de la madre que no puede encontrar…
A través de las ramas de los manzanos las susurrantes brisas cantan Semejantes a las aguas de un fresco y sombreado manantial, Oh golondrina, golondrina Y el sueño fluye de las hojas temblorosas.
¿Te has cansado de la altura del cielo, De los astros escondidos, de las vívidas profundidades de luz Oh golondrina, golondrina, Al igual que el amor se cansa del largo y rápido vuelo?
No respondes, pero tus alas están desplegadas, ¡Y, tras el manzano más elevado, dulce y rojo, Oh golondrina, golondrina, Volando y cantando te desvaneces en lo alto!
¡Yo también le entregaré al cielo mi corazón! Faón me encontrará en el crepúsculo, Oh golondrina, golondrina, Conmovida por unos besos antes de que me los haya dado.
Como desde el aleteante enjambre con un vuelo nupcial La abeja reina asciende, toda ella de dorado fuego y luz, Oh golondrina, golondrina, ¡Con alas de éxtasis me elevo esta noche!
Pero mi vuelo no deberá volver a la tierra, Porque una vez que la llama semejante al sol haya parado de arder, Oh golondrina, golondrina, El mar lesbio será mi urna funeraria.
Estos síntomas del amor aparecen también en el fr. 31 de Safo. ↩︎
El amor descrito como bestia agridulce aparece en el fr. 130 de Safo. ↩︎
Mientras Virgilio muere en Bríndisi no sabe que en el norte de Hispania alguien manda grabar en piedra un verso suyo esperando a la muerte. Éste es un legionario que, en un alba nevada, ve alzarse un sol de hierro de entre los encinares, Sopla un cierzo que apesta a carne corrompida, a cuerno requemado, a humeantes escorias con oro, en las que escarban con sus lanzas los bárbaros. Un silencio más blanco que la nieve, el aliento helado de las bocas de los caballos muertos, caen sobre su esqueleto como petrificado. «Oh dioses, ¿qué locura me trajo hasta estos montes a morir y qué inútil mi escudo y esta espada contra un amanecer de hogueras y de lobos? En mi villa de Cumas un aroma de azahar madurará en la boca de una noche azulada y mis seres queridos pisarán ya la yerba segada o nadarán en playas con estrellas.» Sueña el sur el soldado y, en el sur, el poeta sueña un sur más lejano; mas ambos sólo sueñan, en brazos de la muerte, la vida que soñaron. «No quiero que me entierren bajo un cielo de lodo, que estas sierras tan hoscas calcinen mi memoria. Dioses míos: cómo odio la guerra mientras siento gotear en la nieve mi sangre enamorada.» Al fin, cae la cabeza hacia un lado, y sus ojos se clavan en los ojos de otro herido que escucha: «Grabad sobre mi tumba un verso de Virgilio».
Antonio Colinas, Noche más allá de la noche , 1980-1981.
Cada vez que leo este poema no puedo evitar preguntarme en qué verso estaría pensando Colinas para la tumba del legionario y me acuerdo de esta inscripción en piedra caliza, hallada en Peñalba de Villastar (Teruel), y que contiene 2 versos de la Eneida de Virgilio:
Tempus erat quo prima quies mortalibus aegris / inc[ipit] (Aen. II, 268-269)
Era la hora en la que empieza el primer descanso para los dolientes mortales (Aen. II, 268-269)
Llama la atención que debajo de la cita virgiliana aparezca inscrito Nescio qui (Desconozco quién). Podría tratarse de que la misma persona u otra, pues a mí me parece que la caligrafía no coincide con la cita de arriba, lo escribiese al preguntarse de qué autor son los versos. Otra posibilidad, si se interpreta como Nescio qui[d] (Desconozco qué), podría ser que quien lo inscribió no se acordaba de cómo seguía el verso 269 inc[ipit et dono diuum gratissima serpit].
No hay nada inesperado ni que se jure como imposible ni nada sorprendente, cuando Zeus, padre de los olímpicos, puso la noche en lugar del mediodía, ocultando la luz del brillante sol, y un funesto miedo sobrevino a los humanos, por ello todo les resulta creíble y esperable a los hombres. Que ninguno de vosotros se sorprenda al observarlo, ni siquiera cuando las fieras intercambien con los delfines su zona marina ni cuando las estruendosas olas del mar a ellas les sean más queridas que la tierra; pero a ellos, la boscosa montaña.
Girls, pursue the beautiful gifts of the Muses with purple girdle and the sweet lyre song-loving. Old age has already consumed my once smooth skin and my hair has turned from black to white. My heart has become a burden, my knees no longer bear my body, once they were as agile in dance as the little fawns. I often lament this, but what can I do? Is not possible for a human to be ageless. For they say Tithonus was carried by the rosy-fingered Dawn, being love the reason, to the farthest parts of the earth, He was beautiful and young, yet he was reached by the gray old age, despite having an immortal wife.
Photo of the Papyrus P.Koeln.inv. 21351+21376 . At the top right the fifth line can be read: βάρυς δέ μ’ ὀ [θ]ῦμο̣ς̣ πεπόηται
References: Obbink, D (2010): “Sappho Fragment 58-59: Text, Apparatus Criticus, and Translation.” InThe New Sappho on Old Age: Textual and Philosophical Issues. Harvard University Press. West, M. L. (2005): “The New Sappho.” Zeitschrift Für Papyrologie Und Epigraphik 151: 1–9.
Since I was born mortal to walk the path of life, I know the passing of time, but I don’t know how much I have left. ¡Worries, leave me alone! Let nothing be between you and me. Before death reaches me, I will play, laugh and dance with the beautiful Dionysus.