Mosco de Siracusa. Idilio «Eros fugitivo»

MOSCHUS. ΕΡΩΣ ΔΡΑΠΕΤΗΣ

Ἁ Κύπρις τὸν Ἔρωτα τὸν υἱέα μακρὸν ἐβώστρει·
“ὅστις ἐνὶ τριόδοισι πλανώμενον εἶδεν Ἔρωτα,
δραπετίδας ἐμός ἐστιν· ὁ μανύσας γέρας ἑξεῖ.
μισθός τοι τὸ φίλημα τὸ Κύπριδος· ἢν δ’ ἀγάγῃς νιν,
οὐ γυμνὸν τὸ φίλημα, τὺ δ’, ὦ ξένε, καὶ πλέον ἑξεῖς.
ἔστι δ’ ὁ παῖς περίσαμος· ἐν εἴκοσι πᾶσι μάθοις νιν.
χρῶτα μὲν οὐ λευκὸς πυρὶ δ’ εἴκελος· ὄμματα δ’ αὐτῷ
δριμύλα καὶ φλογόεντα· κακαὶ φρένες, ἁδὺ λάλημα·
οὐ γὰρ ἴσον νοέει καὶ φθέγγεται· ὡς μέλι φωνά,
ὡς δὲ χολὰ νόος ἐστίν· ἀνάμερος, ἠπεροπευτάς,
οὐδὲν ἀλαθεύων, δόλιον βρέφος, ἄγρια παίσδων.
εὐπλόκαμον τὸ κάρανον, ἔχει δ’ ἰταμὸν τὸ μέτωπον.
μικκύλα μὲν τήνῳ τὰ χερύδρια, μακρὰ δὲ βάλλει·
βάλλει κεἰς Ἀχέροντα καὶ εἰς Ἀΐδεω βασίλεια.
γυμνὸς ὅλος τό γε σῶμα, νόος δέ οἱ εὖ πεπύκασται,
καὶ πτερόεις ὡς ὄρνις ἐφίπταται ἄλλον ἐπ’ ἄλλῳ,
ἀνέρας ἠδὲ γυναῖκας, ἐπὶ σπλάγχνοις δὲ κάθηται.
τόξον ἔχει μάλα βαιόν, ὑπὲρ τόξω δὲ βέλεμνον—
τυτθὸν μὲν τὸ βέλεμνον, ἐς αἰθέρα δ’ ἄχρι φορεῖται—
καὶ χρύσεον περὶ νῶτα φαρέτριον, ἔνδοθι δ’ ἐντί
τοὶ πικροὶ κάλαμοι τοῖς πολλάκι κἀμὲ τιτρώσκει.
πάντα μὲν ἄγρια ταῦτα· πολὺ πλέον ἁ δαῒς αὐτῶ·
βαιὰ λαμπὰς ἐοῖσα τὸν ἅλιον αὐτὸν ἀναίθει.
ἢν τύγ’ ἕλῃς τῆνον, δήσας ἄγε μηδ’ ἐλεήσῃς,
κἢν ποτίδῃς κλαίοντα, φυλάσσεο μή σε πλανάσῃ·
κἢν γελάῃ, τύ νιν ἕλκε, καὶ ἢν ἐθέλῃ σε φιλῆσαι,
φεῦγε· κακὸν τὸ φίλημα· τὰ χείλεα φάρμακον ἐντί.
ἢν δὲ λέγῃ, ‘λάβε ταῦτα· χαρίζομαι ὅσσα μοι ὅπλα,’
μὴ τὺ θίγῃς πλάνα δῶρα, τὰ γὰρ πυρὶ πάντα βέβαπται.”

Cipris llama con un gran grito a su hijo Eros.
«Si alguien ha visto a Eros vagando por las encrucijadas,
se ha escapado de mí. El que me informe tendrá una recompensa.
La recompensa será un beso de Cipris, pero cuando lo hayas traído,
recibirás tú, huésped, más que un simple beso.
El niño es muy distinguido. Lo reconocerías entre veinte.
Su piel no es blanca, sino semejante al fuego. Su mirada
es penetrante y radiante. Sus intenciones son perversas, pero su habla
es dulce. Pues no es igual lo que piensa que lo que dice. Su voz es como la miel, su mente como la bilis. Es salvaje, engañador,
mentiroso, un crío engañoso que juega salvajemente.
Tiene una hermosa cabellera, pero una cara atrevida.
Sus manos son pequeñas, pero disparan a larga distancia.
Alcanza hasta el Aqueronte y también la morada de Hades.
Su cuerpo está totalmente desnudo, pero su pensamiento bien cubierto.
Como un pájaro alado vuela de una a otra persona,
hombres y mujeres, y se posa en sus corazones.
Tiene un arco muy corto y en él, una flecha:
un dardo pequeño, pero que llega hasta la cima del cielo.
En la espalda lleva un pequeño carcaj de oro y dentro
están las punzantes flechas con las que frecuentemente me hiere.
Todas estas cosas son crueles y su antorcha lo es más aun.
La antorcha, aun siendo pequeña, abrasa al sol.
Si lo capturas, átalo y no tengas compasión.
Si ves que llora, ten cuidado de que no te engañe.
Si se ríe, arrástralo, y si te quiere besar,
huye. Su beso es dañino, sus labios son veneno.
Si dice ‘Acepta esto, te entrego mis armas’,
no cojas los engañosos regalos, han sido templados con fuego.»


A Young Girl Defending Herself against Eros, de Bouguereau.

Citar este post:

Sánchez Sergueeva, M. (17 de febrero de 2024). Mosco de Siracusa. Idilio «Eros fugitivo». Epistemomanía. https://epistemomania.com/mosco-de-siracusa-idilio-eros-fugitivo/

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