El camino hacia el Hades es tan fácil, que todos van con los ojos cerrados
Semónides fragmento 1
ὦ παῖ, τέλος μὲν Ζεὺς ἔχει βαρύκτυπος
πάντων ὅσ᾿ ἐστὶ καὶ τίθησ᾿ ὅκῃ θέλει,
νοῦς δ᾿ οὐκ ἐπ᾿ ἀνθρώποισιν, ἀλλ᾿ ἐπήμεροι
ἃ δὴ βοτὰ ζώομεν, οὐδὲν εἰδότες
ὅκως ἕκαστον ἐκτελευτήσει θεός.
ἐλπὶς δὲ πάντας κἀπιπειθείη τρέφει
ἄπρηκτον ὁρμαίνοντας· οἱ μὲν ἡμέρην
μένουσιν ἐλθεῖν, οἱ δ᾿ ἐτέων περιτροπάς·
νέωτα δ᾿ οὐδεὶς ὅστις οὐ δοκεῖ βροτῶν
πλούτῳ τε κἀγαθοῖσιν ἵξεσθαι φίλος.
φθάνει δὲ τὸν μὲν γῆρας ἄζηλον λαβὸν
πρὶν τέρμ᾿ ἵκηται, τοὺς δὲ δύστηνοι βροτῶν
φθείρουσι νοῦσοι, τοὺς δ᾿ Ἄρει δεδμημένους
πέμπει μελαίνης Ἀΐδης ὑπὸ χθονός·
οἱ δ᾿ ἐν θαλάσσῃ λαίλαπι κλονεόμενοι
καὶ κύμασιν πολλοῖσι πορφυρῆς ἁλὸς
θνήσκουσιν, εὖτ᾿ ἂν μὴ δυνήσωνται ζόειν·
οἱ δ᾿ ἀγχόνην ἅψαντο δυστήνῳ μόρῳ
καὐτάγρετοι λείπουσιν ἡλίου φάος.
οὕτω κακῶν ἄπ᾿ οὐδέν, ἀλλὰ μυρίαι
βροτοῖσι κῆρες κἀνεπίφραστοι δύαι
καὶ πήματ᾿ ἐστίν. εἰ δ᾿ ἐμοὶ πιθοίατο,
οὐκ ἂν κακῶν ἐρῷμεν, οὐδ᾿ ἐπ᾿ ἄλγεσιν
κακοῖς ἔχοντες θυμὸν αἰκιζοίμεθα.
Oh muchacho, Zeus el de grave estruendo domina el desenlace
de todas las cosas existentes y las dispone según quiere.
El conocimiento no existe para los hombres, pero somos efímeros
y vivimos como bestias, sin saber
cómo el dios llevará a cabo cada cosa.
Pero la esperanza y la confianza alimentan
todos los deseos irrealizables. Unos
esperan a que llegue el día de mañana, otros a la vuelta atrás de los años.
Pero no hay ningún mortal que espere el próximo año
llegar como amigo de Pluto y de los bienes.
Y luego la no envidiable vejez aparece, atrapándolo
antes de que alcance el final. A otros mortales
las funestas enfermedades les destruyen. Y a otros, dominados por Ares,
Hades los manda bajo la negra tierra.
Otros mueren en el mar golpeados por las tormentas
y por muchas olas del mar agitado
cuando ya no pueden seguir viviendo.
Otros se ataron una soga en una muerte desgraciada,
abandonando voluntariamente los rayos del sol.
Así nada dista de las desgracias, sino que innumerables
ruinas, inesperables desgracias
y penas hay para los mortales. Si me obedecieran,
no desearíamos desgracias, ni al padecer dolores
funestos nos torturaríamos el corazón.
La barca de Caront. De Josep Benlliure Gil.
Sánchez Sergueeva, M. (19 de marzo de 2024). Semónides fragmento 1. Epistemomanía. https://epistemomania.com/semonides-fragmento-1/
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En esta danza de mortales, ¿qué papel desempeñamos? ¿Somos marionetas o maestros de nuestro destino? Quizás para los griegos la respuesta yacía en la quietud de la noche, cuando Zeus, desde su trono celeste, observaba las vidas fugaces y susurraba para sí: “Danzad, danzad, mortales, mientras el telón cae”.
Vivimos desconociendo cuando llegará nuestra hora. Mientras tanto, la esperanza nos da un pequeño soplo de vida para seguir adelante.
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