Arquíloco fr. 122
χρημάτων ἄελπτον οὐδέν ἐστιν οὐδ᾿ ἀπώμοτον
οὐδὲ θαυμάσιον, ἐπειδὴ Ζεὺς πατὴρ Ὀλυμπίων
ἐκ μεσαμβρίης ἔθηκε νύκτ᾿, ἀποκρύψας φάος
ἡλίου †λάμποντος, λυγρὸν† δ᾿ ἦλθ᾿ ἐπ᾿ἀνθρώπους δέος
ἐκ δὲ τοῦ καὶ πιστὰ πάντα κἀπίελπτα γίνεται
ἀνδράσιν· μηδεὶς ἔθ᾿ ὑμέων εἰσορέων θαυμαζέτω
μηδ᾿ ἐὰν δελφῖσι θῆρες ἀνταμείψωνται νομὸν
ἐνάλιον, καί σφιν θαλάσσης ἠχέεντα κύματα
φίλτερ᾿ ἠπείρου γένηται, τοῖσι δ᾿ ὑλέειν ὄρος.
No hay nada inesperado ni que se jure como imposible
ni nada sorprendente, cuando Zeus, padre de los olímpicos,
puso la noche en lugar del mediodía, ocultando la luz
del brillante sol, y un funesto miedo sobrevino a los humanos,
por ello todo les resulta creíble y esperable
a los hombres. Que ninguno de vosotros se sorprenda al observarlo,
ni siquiera cuando las fieras intercambien con los delfines su zona
marina ni cuando las estruendosas olas del mar a ellas
les sean más queridas que la tierra; pero a ellos, la boscosa montaña.
Fresco minoico
Sánchez Sergueeva, M. (25 de mayo de 2024). Arquíloco fragmento 122. Epistemomanía. https://epistemomania.com/arquiloco-fragmento-122/
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