Traducción de epigramas eróticos de Macedonio Cónsul en la Antología Griega

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 223

Φωσφόρε, μὴ τὸν Ἔρωτα βιάζεο μηδὲ διδάσκου,
Ἄρεϊ γειτονέων, νηλεὲς ἦτορ ἔχειν.
ὡς δὲ πάρος Κλυμένης ὁρόων Φαέθοντα μελάθρῳ,
οὐ δρόμον ὠκυπόδην εἶχες ἀπ᾽ ἀντολίης,
οὕτω μοι περὶ νύκτα μόγις ποθέοντι φανεῖσαν
ἔρχεο δηθύνων, ὡς παρὰ Κιμμερίοις.

Lucero de la mañana, no hieras a Eros ni aprendas
a tener un corazón despiadado cuando te juntes con Ares.
Sino que al igual que antes, al ver a Faetón en casa de Clímene,
no cogiste el camino rápido desde el este,
del mismo modo esta noche, la cual he deseado y ha aparecido,
regresa lentamente como los cimerios1.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 224

Λῆξον, Ἔρως, κραδίης τε καὶ ἥπατος· εἰ δ᾽ ἐπιθυμεῖς
βάλλειν, ἄλλο τί μου τῶν μελέων μετάβα.

Eros, deja mi corazón y mi hígado. Pero si quieres disparar,
dirígete a otro de mis miembros.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 225

Ἕλκος ἔχω τὸν ἔρωτα· ῥέει δέ μοι ἕλκεος ἰχὼρ
δάκρυον, ὠτειλῆς οὔποτε τερσομένης.
εἰμὶ καὶ ἐκ κακότητος ἀμήχανος, οὐδὲ Μαχάων
ἤπιά μοι πάσσει φάρμακα δευομένῳ.
Τήλεφός εἰμι, κόρη, σὺ δὲ γίνεο πιστὸς Ἀχιλλεύς·
κάλλεϊ σῷ παῦσον τὸν πόθον, ὡς ἔβαλες.

El amor que tengo es una herida. De mi herida se derrama como la sangre
una lágrima, y mi herida nunca cicatriza.
También estoy debilitado por la desgracia y Macaón2
no me administra sus fármacos calmantes que necesito.
Soy Télefo3. Muchacha, sé mi leal Aquiles.
Cálmame mi dolor con tu belleza, la misma con la que me heriste.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 227

Ἡμερίδας τρυγόωσιν ἐτήσιον, οὐδέ τις αὐτῶν
τοὺς ἕλικας, κόπτων βότρυν, ἀποστρέφεται.
ἀλλὰ σέ, τὴν ῥοδόπηχυν, ἐμῆς ἀνάθημα μερίμνης,
ὑγρὸν ἐνιπλέξας ἅμματι δεσμὸν ἔχω,
καὶ τρυγόω τὸν ἔρωτα· καὶ οὐ θέρος, οὐκ ἔαρ ἄλλο
οἶδα μένειν, ὅτι μοι πᾶσα γέμεις χαρίτων.
ὧδε καὶ ἡβήσειας ὅλον χρόνον· εἰ δέ τις ἔλθῃ
λοξὸς ἕλιξ ῥυτίδων, τλήσομαι, ὡς φιλέων.

Recogen las uvas anualmente y nadie
se aleja de las zarzas cuando corta el racimo.
Pero a ti, de brazos rosados, objeto de mis pensamientos,
te tengo entrelazada en una elegante cuerda
y cosecho tu amor. Ni un verano ni otra primavera
puedo esperar porque para mí tú estás llena por completo de gracia.
Que todo el tiempo estés en la flor de la juventud. Pero si te llega
una zarza torcida al arrugarte, lo soportaré porque te quiero.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 229

Τὴν Νιόβην κλαίουσαν ἰδών ποτε βουκόλος ἀνὴρ
θάμβεεν, εἰ λείβειν δάκρυον οἶδε λίθος.
αὐτὰρ ἐμὲ στενάχοντα τόσης κατὰ νυκτὸς ὁμίχλην
ἔμπνοος Εὐίππης οὐκ ἐλέαιρε λίθος.
αἴτιος ἀμφοτέροισιν ἔρως, ὀχετηγὸς ἀνίης
τῇ Νιόβῃ τεκέων, αὐτὰρ ἐμοὶ παθέων.

Una vez un pastor, al ver a Níobe llorar,
se asombró al saber que una piedra pudiera llorar.
Pero de mí, que me lamentaba en la larga oscuridad de la noche,
no se compadecía Evipe, piedra en vida.
En ambos casos el culpable es Eros, que lleva el dolor
a Níobe por sus hijos y portador de mis sufrimientos.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 231

Τὸ στόμα ταῖς χαρίτεσσι, προσώπατα δ᾽ ἄνθεσι βάλλει,
ὄμματα τῇ παφίῃ, τὼ χέρε τῇ κιθάρῃ.
συλεύεις βλεφάρων φάος ὄμμασιν, οὖας ἀοιδῇ·
πάντοθεν ἀγρεύεις τλήμονας ἠϊθέους.

Tu boca me alcanza con gracia; tu cara, con flores;
tus ojos, con amor; tus manos, con la lira.
Con tus ojos robas la luz de mi mirada; con un poema, mis oídos.
En todas partes atrapas a los desgraciados solteros.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 233

“Αὔριον ἀθρήσω σε.” τὸ δ᾽ οὔ ποτε γίνεται ἡμῖν,
ἠθάδος ἀμβολίης αἰὲν ἀεξομένης.
ταῦτά μοι ἱμείροντι χαρίζεαι· ἄλλα δ᾽ ἐς ἄλλους
δῶρα φέρεις, ἐμέθεν πίστιν ἀπειπαμένη.
“ὄψομαι ἑσπερίη σε.” τί δ᾽ ἕσπερός ἐστι γυναικῶν;
γῆρας ἀμετρήτῳ πληθόμενον ῥυτίδι.

«Mañana te veré». Pero nunca sucede,
sino que la espera, como de costumbre, siempre se demora.
Esto es lo que me agradeces, a mí que te deseo. A otros
les llevas regalos, pero tú rechazas mi lealtad.
«Por la tarde te veré». Pero ¿qué es «por la tarde» para una mujer?
La vejez llena de innumerables arrugas.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 235

Ἦλθες ἐμοὶ ποθέοντι παρ᾽ ἐλπίδα· τὴν δ᾽ ἐνὶ θυμῷ
ἐξεσάλαξας ὅλην θάμβεϊ φαντασίην
καὶ τρομέω· κραδίη τε βυθῷ πελεμίζεται οἴστρου,
ψυχῆς πνιγομένης κύματι Κυπριδίῳ.
ἀλλ᾽ ἐμὲ τὸν ναυηγὸν ἐπ᾽ ἠπείροιο φανέντα
σῶε, τεῶν λιμένων ἔνδοθι δεξαμένη.

Más allá de las expectativas llegaste a mí, que te ansiaba.
Y con asombro sacudiste por completo la ilusión de dentro de mi corazón
y tiemblo. Mi corazón se estremece profundamente por la pasión,
mi alma se está ahogando en las olas de Cipris.
Venga, sálvame, a mí que soy un náufrago, cuando aparezca en tierra firme,
acogiéndome dentro de tu puerto.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 238

Τὸ ξίφος ἐκ κολεοῖο τί σύρεται; οὐ μὰ σέ, κούρη,
οὐχ ἵνα τι πρήξω Κύπριδος ἀλλότριον,
ἀλλ᾽ ἵνα σοι τὸν Ἄρηα, καὶ ἀζαλέον περ ἐόντα,
δείξω τῇ μαλακῇ Κύπριδι πειθόμενον.
οὗτος ἐμοὶ ποθέοντι συνέμπορος, οὐδὲ κατόπτρου
δεύομαι, ἐν δ᾽ αὐτῷ δέρκομαι αὑτὸν ἐγώ,
καὶ καλός, ὡς ἐν ἔρωτι· σὺ δ᾽ ἢν ἀπ᾽ ἐμεῖο λάθηαι,
τὸ ξίφος ἡμετέρην δύσεται ἐς λαγόνα.

¿Por qué la espada está fuera de la vaina? No es, muchacha,
para cometer ningún mal contra Cipris,
sino para enseñarle a Ares, que aunque sea cruel,
fue sometido por la dulce Cipris.
Esta espada es la compañera de mi amor, y no
necesito un espejo, sino que en ella misma yo me miro.
Soy bello porque estoy enamorado. Pero si tú te olvidas de mí,
la espada se hundirá en mi costado.

Macedonio Cónsul Anth. Gr. 5, 240

τῷ χρυσῷ τὸν ἔρωτα μετέρχομαι· οὐ γὰρ ἀρότρῳ
ἔργα μελισσάων γίνεται ἢ σκαπάνῃ,
ἀλλ᾽ ἔαρι δροσερῷ· μέλιτός γε μὲν Ἀφρογενείης4
ὁ χρυσὸς τελέθει ποικίλος ἐργατίνης.

Con oro yo voy en busca del amor. Pues ni con el arado
ni con la pala se hace el trabajo de las abejas,
sino con el rocío primaveral. El oro es el hábil trabajador
de la miel de la diosa nacida de la espuma.

Referencias: Paton, W. R. (1917). The Greek Anthology, Volume I: Books 1-5. Harvard University Press.

  1. Según la Odisea, los cimerios vivían en el extremo de la tierra y allí nunca había sol, solo oscuridad. Cf. Od. 13, vv. 12-19. ↩︎
  2. Macaón, hijo de Asclepio e ilustre médico en la Ilíada. Ἀσκληπιοῦ υἱόν, ἀμύμονος ἰητῆρος (Il. 2, 194).  ↩︎
  3. Télefo aparece mencionado una vez en la Odisea (Od. 11, 519) como padre de de Eurípilo. Por referencias a obras perdidas se sabe que antes de la expedición a Troya, Aquiles hirió con su lanza a Télefo en Misia. Télefo consultó al oráculo, que le respondió que sólo Aquiles podría curarle. Logró convencer a Aquiles y este le curó aplicándole en la herida los restos del óxido de su lanza. Cf. Ov. Pont. 2, 2, v. 26: profuit et Myso Pelias hasta duci (El pelida ayudó con su lanza al general de Misia) ↩︎
  4. Nacida de la espuma. Epíteto de Afrodita. ↩︎

Citar este post:

Sánchez Sergueeva, M. (29 de abril de 2024). Traducción de epigramas eróticos de Macedonio Cónsul en la Antología Griega. Epistemomanía. https://epistemomania.com/traduccion-de-epigramas-eroticos-de-macedonio-consul-en-la-antologia-griega/

Descubre más desde EPISTEMOMANÍA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.